Ahora hay un principito en mi reino

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jueves, 28 de enero de 2016

Fin del mundo

Versión 1



Todo parecía un día normal de invierno, el frío por fin había llegado a Cuautla, Esas dos semanas que baja la temperatura un poco, y todos sacan sus botas, suéteres y demás ropa de invierno y gozan de bebidas calientes  en lugar de padecerlas.

En la víspera de navidad, todo pasó con aburrida monotonia, los pochos regresaban de E.U.A, a pasar las fiestas con la familia. Casi sin excepción, madres, tias, abuelas, realizaban sus mejores recetas para agasajar a la gente que amaban en esa noche especial, donde casi todos dan abrazos y hacen su mejor esfuerzo por disimular cuando odian a algún familiar. Por llegó la hora de dormir, a los niños los metieron en sus camas temprano, so pretexto que Santa Claus tuviera tiempo de meterse por las ventanas ya que ninguna casa cuenta con chimenea para calentar las casas durante esos 14 días de frío que hay cada año. Los adultos pusieron los regalos debajo del árbol de navidad, el frío arreciaba, para muchos era el frió más intenso que habían percibido, así que casi todos pusieron sus calentadores eléctricos a funcionar, mantas eléctricas o pequeñas fogatas en los hogares más humildes.

Las madres de los más pequeños decidieron poner a sus bebés a dormir en sus camas, para asegurarles una noche cálida. Cosa que trsitemente no pudo pasar, la noche continuo, más larga que nunca y más fria a cada minuto, de haber habido luz matinal, habrian visto que en el exterior que habia una blanca navidad- En este lugar donde nadie estaba preparado para una nevada, nadie tiene calefaccion o chimeneas porque nunca se utilizan, donde sólo los ricos tienen aire acondicionado en sus casas.

 Así que cuando la temperatura bajó, los durmientes, estaban en paz, abrazados de sus seres queridos, mamás abrazaban a sus bebés, hermanos compartieron las cobijas para no tener tanto frío, parejas disfrutaron de compartir la cama una última vez, antes de que el sol se extinguiera, la temperatura bajó tan rápido que nadie habría podido hacer nada aun si hubieran despertado, aún si lo hubiesen sabido con años de antelación, sin sol, no hay vida. Todos murieron, pero murieron felices con la alegría navideña correindo por sus ahora congeladas venas. Cada persona, cada planta y cada animal yacian congelados. El último regalo de la natureleza fue la hipotermia, despidiendo la vida de la gente con ese último calorcito que sentirian al tener una muerte pacifica en sus camas, en la inocencia y la ignorancia de que seria la última noche de sus vidas, los regalos de navidad quedaron sin abrirse debajo de los pinos navideños en los hogares.

Y así se acabó el mundo, cuando sin previo aviso el Sol murió.