Ahora hay un principito en mi reino

Ahora hay un principito en mi reino

lunes, 19 de septiembre de 2011

Memorias encontradas

Todos tenemos un lugar en el mundo.

Y el mio es el más divertido.

O eso creía yo.

Salvo, por los periodos de ayuno al que nos obligan los sacerdotes, mi vida era perfecta, Mi padre era parte del consejo de sabios, a pesar de tener la mitad de la edad de esos viejos, mi madre era curandera, la mejor de su estirpe, y mi hermano se habiá comprometido con Nalaya, la joven más deseada de todo el lugar... (que tenia fama de bonita, pero sólo era la fama... aun que muchos no la ven a ella, si no a su fama). Mi otro hermano estaba comprometido con la que si era la más bella. ademas de ser aprendiz de sacerdote. Y finalmente yo, el hermano pequeño de ojos de aguila.

Claro que no pensaba quedarme atrás, pero mi destino era superior. Yo era un jugador,el mejor jugador, elegido por los dioses para unirme a ellos en un futuro.
No me preocupaba encontrar oficio, ni mujer, para cuando Nalaya, mi futura cuñada, llegara a la edad adulta yo deberia estar próximo a ser un dios... el más joven del otro lado del Mitlan.

 Mis planes resultaron, para cuando tenia 17 años ya era el capitán de mi equipo, los hombres -los valientes- querian ser como yo. Las jovenes querian estar conmigo... pero me temo en buena parte yo era timido, y otro lado, no muchos padres desean que sus hijas se enamoren de quien en sus palabras, no es más que un cadaver caminante.Claro que no lo decian abiertamente, pero lo decian.

Por fin llego mi gran día, me despedí de mi madre, quien no pudo contener lagrimas, que en ese momento pense que eran de alegria, por tener un nuevo dios en la familia, mi padre, apenas me miró, algo natural en él, al menos conmigo... mis hermanos, se hallaban muy serios, pero se despidieron con normalidad de mi.

El juego de pelota inició, por supuesto que yo no solo era el capitan, si no el mejor jugador, incluso en la versión donde la pelota se prende con fuego. Todo paso como debia pasar, gané el juego, ganamos... yo recibiria mi premio, convertirme en dios en el ritual.

Segui a los sacerdotes hasta la gran piedra, aseguraron mis brazos con amarras... extrañamente en este punto esta demasiado nervioso, nunca habia pensado en el verdadero significado de ser un dios, es dejar de ser un hombre... nunca en mis 17 años me habia considerado a mi mismo como una cadaver viviente... pero eso era... y aceleré el proceso como un imbecil... entendi en un momento, por que los miembros mayores declinaban el gran honor de ser capitan... por que asi tienen vidas,,, largas, y felices... esposas hijos... todo lo que nunca tuve y que ahora era demasiado tarde para reclamar... estaba amarrado, a la piedra de sacrificios, con un sacerdote afilando un cuchillo, entonces uno de los sacerdotes me dio algo de comer, algunas hierbas que estaban en mi boca.

- No las tragues, solo masticalas un poco y te sentiras bien.

¿Sentirme bien? ¡¿Sentirme bien  cuando están a punto de arrancarme el corazón literalmente?!


Sin embargo segui las intrucciones, pero no me sentia bien, mi boca se entumió, me sentia somnoliento... no podía ni bostezar... empece a recordar lo que habia hecho esa mañana, la anterior a ella.. mi vida entera y entonces encontre otras memorias que eran mias y a la vez no lo eran.


Había llegado mi dia, mi gran dia, despues de una vida, de grandes comodidades, apenas tenia 11 años, era yo una joven... todo el pueblo estaba reunido, tenian flores en sus manos, y las lanzaban hacia mi, dejando mi camino lleno de petalos, era un camino colorido y recto hacia un cenote que era la entrada a shibalba, ahi tenia yo mi lugar... deseaba correr en dirección contraria, queria gritar, que alguien me salvará, realmente no queria morir, por más diosa que me volviera.. queria vivir, ser mayor, ser novia, ser esposa... madre... morir vieja muy muy vieja... no ahora... mis amarres eran las tradiciones de nuestro pueblo, mis centinelas el mismo pueblo... nunca podria escapar, aun que lo intentara.

Lo más seguro es que me mataran de cualquier manera, sólo que no sería una diosa... solo una deshonra para la familia que quedará viva.. o quizas me dejarian vivir... me exiliarian... con suerte... pero era improbable...
finalmente llegue al canasto gigante, donde habian cantitades de bellos tesoros, subi a ese canasto, me amarraron a el... claro... por eso nadie nadaba de regreso de shibalba... lo último que vi fue a un sacerdote...Rabi ,quien, me amarro, mismo que dio la orden de truncar mi corta vida   a un señal de la mano de Rabi, me dejaron hundir el frio era espantoso, no podia creer que estuviera en esta situación, solo podia ver como la luz de la superficie se alejaba de mi... no queria vivir como para ver la oscuridad asi que aspire llenando mis pulmones de agua mirando la luz del sol a traves del agua...

Abri mis ojos y yo era yo de nuevo, amarrado a la piedra ceremonial y totalmente fuera de combate... entonces el sacerdote que afilaba el cuchillo se acerco lentamente... entonces lo vi a detalle...

-"Tú otra vez",
pensé, al ver a Rabi, de nuevo ahora 20 años más viejo... segando mi vida por segunda vez, al arrancarme el corazón, literalmente... mis ojos de aguila se cerraban lentamente... lo último que vi fue a Rabi.



Fin.

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